UN NUDO EN EL ESTÓMAGO
Mi madre me ha llamado esta mañana: “Tomás ha muerto”. Me he quedado de piedra, aunque esperaba la noticia. Tomás era el marido de Toñi, prima de mi padre, unas bellísimas personas los dos. Él estaba muy enfermo. No he podido estar en el tanatorio más de quince minutos, he empezado a sentirme fatal. Muchos recuerdos. Muchísimo miedo. Le he dado un beso y un abrazo a Toñi y le he susurrado al oído que yo no era tan fuerte como ella.
Al regresar a casa me he topado con mi vecina Azulema. Me ha comentado que el Martes vienen unos obreros a arreglar el suelo del portal y me ha preguntado si me parecía bien el convertir un pequeño escalón que hay en la entrada en una rampa. He contestado que me daba igual, yo tenía la cabeza en otro sitio. Entonces me ha señalado una silla de ruedas que, desde hace semanas, está al lado de nuestra escalera. El niño del que os hablé hace tiempo, pese a sus ejercicios diarios, ya no puede caminar. “Sí, por mí hacemos la rampa”. He entrado en mi keli totalmente destrozado.
Llevo media hora “tocado”, pensando en las cosas que tiene la vida, en los golpes que tenemos que afrontar. Necesitaba escribir, contaros cómo me siento. Y ahora necesito una canción para sentirme mejor. Ambas cosas siempre me animan: la música y vosotros.
Os quiere, el Duende.
Ánimo Duende!!! La vida no se detiene!!! Sé fuerte!!!
Lo sé socio. Ya sabes lo moñas que soy.
Lo siento Felix. Esto es un sube y baja tio, sólo el cambio perdura. Piensa que seguramente está en un sitio mucho más debuti que en el que nos encontramos nosotros….¿por qué no?
Un fuerte abrazo amigo.
Hay que saber escuchar las voces silenciosas que merodean nuestros pensamientos… lo que Tomás y el Chiquillo te estén transmitiendo ahora podría ser sea que seas lo más Félix que puedas ser, pues la vida es para vivirla. A veces el estar “tocado” es sinónimo de ser consciente de la responsabilidad que tenemos como seres humanos, de que hay que vivir la vida con fuerza.
¡Mucho ánimo Félix!